¿Te imaginas un mundo en donde todos aman su trabajo y en donde a nadie le cuesta trabajar? ¿Y si existiera un entorno laboral en donde los colaboradores se sientan motivados, que sus niveles de productividad aumentan y tuvieran mucha energía?
Bienestar empresarial
La riqueza de las empresas esta en sus colaboradores, son ellos lo que generan los ingresos y el crecimiento de la misma, si los colaboradores no se encuentran motivados, faltan al trabajo o tienen malos hábitos alimenticios, afectan directamente los resultados de la empresa.
Una empresa saludable es aquella que se preocupa por mejorar de manera activa y continua la salud de los colaboradores, haciendo más saludable sus hábitos, enseñan a gestionar el estrés, las emociones y lograr un mejor rendimiento.
¿Vale la pena invertir tiempo y esfuerzo en ello?
Vivimos en una sociedad en la que la obesidad, problemas cardiovasculares, celiaquía, diabetes, estrés y depresión están a la orden del día. Estos problemas y enfermedades afectan al día a día de los colaboradores, a su calidad de vida y a su rendimiento en sus puestos de trabajo.
Cuando gestionamos acciones hacia una empresa saludable, cuando les enseñamos a nuestros colaboradores como alimentarse saludablemente, como manejar el estrés o ser la mejor versión de sí mismos, están invirtiendo es su principal recurso.
Un estudio realizado por Brigham Young University, Health Enhancement Research Organization (HERO), y el Center for Health Research que analizó el comportamiento de más de 20.000 empleados procedentes de tres empresas diferentes, concluyeron que aquellos que seguían dietas poco saludables tenían un 66% más de probabilidades de ser poco productivos.
¿Cuáles son los beneficios de la empresa saludable?
Invertir en la salud de los colaboradores esta lejos de ser un gasto no rentable. Es una inversión que mejora el bienestar empresarial, su reputación y rendimiento sin contar con pérdidas.
En el centro de operaciones de United Parcel Service (UPS) en Estados Unidos, firma especializada en envíos internacionales, se les prohíbe a sus colaboradores reemplazar el desayuno, almuerzo o comida por un sánduche; como tampoco acepta que coman con afanes y en sus sitios de trabajo.
La decisión se tomó hace años cuando se encontró que las personas que no se alimentaban correctamente en la oficina, con la excusa de ‘ganar tiempo’, a la larga presentaban menores niveles de productividad, se enfermaban con frecuencia y perdían el sentido de pertenencia a la organización.
